Comparte un recuerdo especial:
Piensa en un momento que hayas compartido con él, una historia que te haya hecho reír, una enseñanza que nunca olvidaste, o una muestra de su amor y fortaleza. Al compartir ese recuerdo, lo mantenemos vivo en nuestras palabras, en nuestras memorias, y en nuestros corazones.
Share a special memory:
Think of a moment you shared with him—a story that made you laugh, a lesson you never forgot, or a sign of his love and strength. By sharing that memory, we keep him alive in our words, in our memories, and in our hearts.
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Guardo un recuerdo muy especial de mi padre, de cuando vivíamos en Keizer, Oregón. Pasábamos el año recogiendo fruta, siguiendo las temporadas. Sin importar lo duro que había sido el trabajo, cada domingo—sin falta—nos llevaba a los seis a una pizzería local.
Se volvió nuestra tradición sagrada. Nos sentábamos juntos, compartiendo rebanadas y conversaciones—hablábamos de lo que estábamos cosechando esa semana, de la escuela, y de todo lo que llevábamos en la cabeza.
Extraño esos domingos. Extraño esa sensación de estar todos juntos, riendo, platicando, comiendo.
Mi padre siempre fue un buen proveedor. Gracias a él soy el hombre que soy hoy—firme, educado, respetuoso y lleno de vida. Siempre admiré cómo vivía con alegría, con energía, y con un deseo constante de conocer el mundo.
Él nos dio más que comida y techo. Nos dio recuerdos, fuerza y un amor que aún nos mantiene unidos.
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I carry a special memory of my father from our time living in Keizer, Oregon. We spent the year picking fruit, following the seasons. No matter how hard the work had been, every Sunday—without fail—he would take all six of us to a local pizza restaurant.
It became our sacred tradition. We’d sit together, sharing slices and stories—talking about what we were picking that week, how school was going, and whatever else was on our minds.
I miss those Sundays. I miss the feeling of all of us together, laughing, talking, eating.
My father was always a good provider. Because of him, I became the man I am today—strong-willed, educated, respectful, and full of life. I always admired how he carried that same spirit—how he lived with joy, with energy, and a hunger to see the world.
He gave us more than food or shelter. He gave us memories, strength, and a love that still holds us together.
Andres Fragoso Jr